lunes, 27 de abril de 2009

Viaje a la libertad (Primera parte) por alma_cautiva{J}

Eran las 10:50h de la mañana. A falta de unos 10 minutos para poder reencontrarme de nuevo con mi Amo, iba repasando mentalmente, mientras miraba por la ventana, todo lo que debería hacer para agradar y complacer a mi Señor.

A mi Dueño Le encantan las formas. No en vano pasó mucho tiempo adiestrándome en ello: mis piernas jamás están cruzadas, para que mi Amo pueda disfrutar, sin complicaciones, de lo que Le pertenece; mis labios siempre están entreabiertos, listos para recibirLe; nunca elevo la voz, como signo de elegancia y dulzura; no miro a ningún hombre en señal de respeto, sumisión y total entrega hacia mi Señor; y he desarrollado una gran capacidad de adaptación para desempeñar de inmediato, el rol que mi Dueño desee de mí en cada momento.

Como una de tantas paradojas de la vida, mi corazón despertó al notar que la máquina del tren había parado. Bastaban unos escalones y tendría ante mí a la Persona Que había llenado, para siempre, mi vida de ilusión. El Hombre con Quien poder sentirme al fin libre, porque por fin podría dejar de interpretar el personaje que encarno en el teatro de la vida vainilla, para ser yo misma. Mi Amo, en Cuyas manos puedo abandonarme y suspirar...Bienvenida, libertad !!!!!

Nerviosa, cogí mi equipaje y me dispuse a bajar de mi vagón.

Le busqué con la mirada entre el gentío del andén. No Le veía, pero podía sentir el fuego de Sus ojos en mi piel. De pronto, Alguien me abrazaba por mi espalda, besando mi cuello y poniendo una rosa ante mí. Apenas habían terminado de acariciar mi piel Sus labios cuando me di la vuelta, bajé la vista ante Él, y sonriendo susurré un sumiso " Buenos días, mi Amo ".

N/nuestras bocas se fundieron en un apasionado beso para que N/nuestras lenguas se aparearan al ritmo que marcaba el corazón.

Sobre mi rostro la suave caricia de Sus dedos, como gotas de rocío deslizándose por los pétalos de una flor.

Abrimos A/ambos los ojos para escribirnos miradas preciosas:
- ¿ Dónde estabas ? Te esperaba.
- Le buscaba.

Por deseo de mi Amo, siempre que estoy ante Él, en los anillos de los dedos corazón he de llevar sendas anillas unidas a ellos, cobijadas por las palmas de mis manos. La sociedad en la que sobrevivimos puede arrebatarnos un paseo con collar y correa, pero jamás podrá evitar que mi Dueño guíe mis pasos, aunque sea con Su dedo entre la anilla de mi mano.

LLegamos al coche y metemos mi equipaje en el maletero:
- Lástima que con tantos bultos no quede sitio para Mi perra.
Le sonrío y me dirijo a la puerta trasera, esperando a que mi Amo me dé permiso para subir.
Una vez sentados dentro de Su coche, mi Señor acaricia de nuevo mi rostro bajando Sus dedos hasta el interior de mi jersey de cuello alto.
- LLevas con orgullo tu collar de perrita, verdad, niña mía ?
- Sí, mi Amo - Le respondo esbozando una sumisa sonrisa.

Tras comprobar que estaba bien colocada la red para el transporte de mascotas que separaba el asiento trasero de la parte delantera del coche, mi Dueño cogió mi correa, unió el mosquetón a mi collar y el otro extremo a una barrita de hierro.
- Si te mareas, ladra.

Sentada como las perritas sobre la toalla que para mí puso previamente en el asiento trasero, pegaba mi hocico a la red impulsada por el énfasis de estar lo más pegadita posible a mi Amo, Que metía un dedo por la rejilla para acariciarme al parar en los semáforos.

A medida que íbamos avanzando camino, por el calor que desprendían tanto el motor del coche como la calefacción, comencé a sentir un calor agobiante. Me tumbé como las perritas sobre el asiento trasero y comencé a jadear con mi lenguita fuera.

Mi Dueño cogió un desvío que N/nos llevó hasta un descampado. Paró el coche, se bajó y abrió la puerta trasera. Soltó el mosquetón que me ataba a la cadena y me desnudó dejándome como única prenda mi collar. Cogió mi ropa y la guardó en el maletero, de donde sacó un bowl que llenó del mismo agua que Él iba bebiendo mientras conducía.
- Baja, alma !!!

Obedecí mientras Él dejaba el bowl sobre la hierba.
- Bebe, bonita !!!

A cuatro patitas sacié mi sed, lamiendo el agua del bowl con mi lengua. Sin cambiar de posición me dirigí hacia mi Amo, apoyada sobre las rodillas y posando mis patitas delanteras sobre Su estómago, reclamando Su atención.
- Quieta ! No me manches, alma.
- Guau !!! Guau, guau !!!
- Venga, sube !!! -dijo mientras me abría de nuevo la puerta del coche.

Cogió de nuevo el mosquetón de la correa y para evitar que de nuevo me atara comencé a mordisquear con carias Sus manos.
- Pero qué ganas de jugar tienes tú hoy, bichito!!!
- Grrrrrr. Guau. Brrrrrrrrrr.
- Oye, no Me muerdas que te doy eh?

Finalmente mi Amo me ata, acaricia mi cabeza, cierra la puerta y se sienta al volante de nuevo. Ahora no hay semáforos, pero Él sigue introduciendo por la rejilla Sus dedos para darme trocitos de galleta.

Recorridos ya unos cuantos Kms comienzo a gimotear. Mi Amo sabe que algo Le sucede a Su animal. Para en el ascén, me mira y pregunta:
- ¿ Qué sucede, alma ?

Le miro, pego mi orejita derecha sobre el hombro, me relamo y vuelvo a gimotear.
- ¿ Qué pasa, perrita ?
- Guauuu- esta vez, más que a un ladrido, se asemeja a un aullido.
- Enseguida llegamos, bonita. Ahí quieta.

A los pocos minutos mis gemidos son más constantes e intensos. Mi Amo toma un desvío de nuevo y para el coche en pleno monte. Baja, abre mi puerta y me encuentra quieta, acurrucada en un rincón, evitando moverme. Me desata, me coge de mi collar y ordena:
- Baja, perrita.

Bajo del coche, camino a 4 patas tan rápido como me permiten mis patitas, olisqueo la hierba, me coloco en cuclillas y vacío mi vejiga que estaba llena, al borde del desbordamiento. Cuando termino corro hacia mi Amo y lamo Sus manos. Mi Dueño coge una mochila y dice:
- Vamos a dar un paseo, alma.

Mi Amo comienza a andar e intento seguirLe por el campo. Le había seguido en numerosas ocasiones, pero siempre sobre la cálida y suave alfombra, o la cómoda moqueta de Su casa, donde no se me clavaban en las rodillas ni piedritas, ni pequeñas ramitas del camino.

Me voy quedando atrás. Mi Amo me espera sentado sobre un tronco caído. Cuando llego a Él, acaricia mi cabeza, me coge del collar y trata de llevarme a Su paso. Apenas puedo mantenerlo unos minutos. Al dolor de las rodillas, que cada vez es más fuerte, se une la sensación de ahogo cuando no sigo el paso de mi Dueño y Él tira del collar. Me tiemblan las patitas y mi Amo sigue caminando. Apenas tengo fuerzas para jadear o ladrar. Prefiero guardar mis energías para tratar de seguir Su ritmo. Finalmente no puedo más...Me paro y mis patitas no me sujetan cuando mi Señor tira de mi collar para obligarme a seguir caminando.

Lejos de enfadarSe, mi Dueño Se agacha y acaricia mi cabeza:
- Túmbate y descansa, bonita.

Esta vez no me tumbo con el lomo hacia arriba, sino de costado, con mis 4 patitas estiradas perpendicularmente a mi cuerpo.

Mi Amo Se sienta sobre la hierba, a mi lado y saca de Su mochila un bocadillo. Comienza a comerlo tranquilamente mientras con una mano acaricia mi cuerpo...Mi cabeza, mi carita, mi cuello...Sus dedos bajan por mis pechos, dibujando círculos sobre ellos...Mi respiración es cada vez más agitada.

Guarda el bocadillo para dedicarSe a mi cuerpo. Besa suavemente mis labios, haciéndome entender que ahora busca a Su esclava...Me dejo hacer...Él tiene todo el derecho sobre mí mientras que mi único derecho es el de complacerLe. Saca una cuerda de la mochilla, con uno de los extremos me ata fuertemente las muñecas, el otro Le sirve para inmovilizarme al atarme, tumbada como estoy, a un árbol. Mi Amo se coloca entre mis piernas, obligándome así a tenerlas bien abiertas para Él.

Besa de nuevo mis labios...Lame mi cuello y va bajando lentamente por él hasta llegar a mis pechos. Mientras Sus manos acarician mis senos, haciéndolos prisioneros de ellas, Su boca succiona mis pezones que están cada vez más gorditos.

Sus dientes muerden uno de mis pezones enhiestos. No puedo evitar un:
- Aaaaaah !!!! Su enorme mano de hombre me abofetea:
- Cállate, zorra !!!

Su lengua calma mi pezón para darle una tregua y baja por mi cuerpo, deslizándose por mi vientre. Se divierte jugando a ensalivar bien mi rajita, que sólo a Él pertenece. Sabedor de que Él, y únicamente Él, es el Amo, Dueño y Señor de todo aquello, mientras introduce Su lengua, poco a poco, en mi sexo, Sus dedos pellizcan mis pezones, y los retuercen, demostrando a Su esclava Quién domina, Quién manda y en definitiva...Quién tiene el poder:
- Aaaaaaaah !!!
- Duele, mi putita ?
- Sí, mi Amo.

Me limité a gritar de dolor y no supliqué que parara, pues Él, y solamente ÉL, tiene la potestad de decidir cuándo empieza algo y cuando lo acaba; únicamente a ÉL corresponde hacerme gemir de placer, o gritar de dolor; pues sólo Él puede dibujar mi sonrisa o hacer que de mis ojos broten lágrimas que más tarde recogerá con Sus dedos para después besarlas.

Mi Dueño sacó de la mochila un cepo que colocó en mi lengua, obligándome de esta manera a mantenerla fuera de la boca. Se desnudó. Se tumbó sobre Su esclava e introdujo Su enorme y tiesa polla entre mis pechos, golpeando con ella la punta mi lengua, en cada embestida que follaba mis enormes tetas.

Pasados unos minutos, mi Amo Se levantó. Se colocó mirando a mi sexo, y Se sentó sobre mi cara, llenando mi boca de Su polla y colocando mis piernas sobre Sus hombros. Atada e inmóvil como estaba, no podía hacer nada más que mamar la enorme verga de mi Amo, que me ahogaba, y sentir cómo Sus dedos hurgaban con descaro en mi ano y abusaban de mi vagina, de mis pechos...

Se levantó antes de que Le llegara el orgasmo. Volvió a llenar mi boca de Su polla, esta vez mirándome a los ojos:
- Mírame a los ojos, putita. Quiero que veas la mirada de Quien te humilla la boca.

Mi Amo folló mi boca embistiéndola sin parar, mientras inmovilizaba mi cabeza tirando fuertemente del pelo. De pronto, un calor húmedo inundaba mi boca y bajaba hasta la garganta:
- Traga, zorrita, traga !!! Entero, trágatelo todo.

Una vez satisfecho, mi Dueño me desató. Se sentó sobre la hierba, apoyando Su espalda sobre el tronco en el que anteriormente me había atado y me ordenó arrodillarme junto a Él, esta vez a Su lado. Empujando mi cabeza con Su mano, me obligo a comerle la polla de nuevo:
- Quiero Mi polla y huevos bien limpios. No Me gustaría encontar una sola gota de leche de Mi rabo en Mis cojones. Y si tú, esclava, estimas un poco la piel de tu trasero...deberías hacer lo posible para que esto no ocurra !!!

Obedecí rápidamente más por complacer a mi Amo, que por evitar ser castigada, pues nada deseo con más fuerza que hacerLe feliz. Además, soy plenamente consciente de que si ése era Su deseo, acabaría azotando igualmente a Su esclava. Mi lengua lamía la puntita de la polla de mi Dueño. Su mano izquierda no me permitía levantar la cabeza; Su mano derecha jugaba en mi vagina, provocando a mi clítoris. Inesperadamente, Su mano izquierda me obligó a tener la boca llena de verga de nuevo:
- Córrete, Mi perrita en celo. Vamos, Mi putita, córrete. Tu Amo te da permiso para correrte. Vamos, zorrita, sé que eres muy guarra.

Su mano azotó mis nalgas...El orgasmo que me regalaba mi Dueño se apoderó de todo mi ser.

La leche caliente de la polla de mi Amo llenaba mi boca de nuevo.

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