miércoles, 1 de julio de 2009

El Castigo: Epílogo (La aceptación de mi Dueño y Señor)

De repente el cansancio, el nivel de las azotainas recibidas y toda la tensión acumulada durante el día empiezan a inundar mi espíritu. Los cuatro hermanos de sumisión que he forjado en el transcurso del día de hoy se dirigen hacia mi, mientras las sonrisas iluminan sus caras.
Sin embargo, veo que irónico y lucy echan a correr en mi dirección mientras que las caras de simpatic y gracejo se llenan de angustia. Noto como unos brazos me recogen con cuidado antes de llegar al suelo; esos brazos son familiares y conocidos, no son los de ninguno de mis hermanos en la sumisión. No sé como, pues no lo he visto llegar, ha sido mi Amo el primero en llegar a mi lado e impedir que de con mis huesos en el suelo.
- ¿A dónde habíais previsto llevarla? – suena imperiosa la voz de mi Dueño.
- Seguidnos Señor, por favor – contesta con su perfecto y sumiso acento de siempre simpatic.
Se inicia una extraña y curiosa procesión que observo por entre mis ojos entrecerrados. La abre simpatic, la cual anda con su paso estudiadamente elegante y aparentemente lento. A ella la sigue el Amo de mis sueños y de mi alma, transportándome en sus brazos sin dejarme caer. Detrás de nosotros vienen mis otros tres hermanos de esclavitud a medio paso de distancia y sin perder comba ni acercarse más.
Observo que nos dirigimos hacia el panel donde he tenido que duchar antes a simpatic y creo que va a ser allí mismo en medio donde me van a prodigar sus cuidados. Sin embargo, me doy cuenta de mi error al observar que simpatic se dirige hacia un lateral del mismo.
Llegada allí, abre una puerta disimulada en la pared y, con una inclinación perfecta y profunda (que envidia me da de nuevo lo bien que lo sabe llevar a cabo) deja pasar a mi Amo dentro de un gabinete (más que un cuarto de baño) de masaje y belleza perfectamente equipado; incluso con bañera de hidromasaje.
En el mismo hay una camilla de masaje, varios aparatos para dar esos masajes, unas estanterías llenas de cremas, aceites y geles tanto de baño como de masaje, así como de unos botes que no consigo identificar; la ya mencionada bañera de hidromasaje; un tocador para la aplicación cosmética de maquillajes, color en los labios y ojos, etc…
- ¿Dónde deposito a Mi princesita raptada? – pregunta mi Amo, con su voz tan dulce aunque imperiosa en mi opinión.
- Por favor, Señor, ponedla encima de la camilla, si sois tan amable. Sin embargo, os rogaría que esperarais un poquito a que pongamos la sábana encima de la misma. – mientras habla gracejo está ya yendo hacia un armario a coger las cosas necesarias.
Ahí estoy yo, tumbada en la camilla, y me siento como si mi cuerpo y mi alma estuvieran disociados. Miro y veo como me están masajeando por todo el, como simpatic me aplica crema hidratante y suelta los nudos que se han hecho en mi musculatura a todo lo largo de este día agotador.
Al mismo tiempo, lucy me está aplicando en las partes laceradas por los latigazos una crema que contiene árnica y la extiende con cuidado para poder curar mis heridas físicas. Mientras tanto, irónico está masajeando las plantas de mis pies, después de haberme descalzado.
Mientras esto sucede, gracejo se ocupa de proporcionarles el material que precisan a los tres, toallas húmedas, distintos tipos de cremas, aparatos de electro-masaje, etc.
Poco a poco siento que mi consciencia va volviendo a mi interior y que me llena. Voy volviendo en mí y, al hacerlo, la ola de fraternal cariño me vuelve a inundar el alma.
- Hola queridos hermano y hermanas; me alegro de que estéis conmigo de nuevo. - Afirmo mientras una sonrisa de alivio ilumina mi cara.
Mi sonrisa la veo reflejada en los rostros de mis cuatro hermanos, al mismo tiempo que vislumbro en casi todos ellos una sensación de alivio. Deseo darles la buena nueva de que he comprendido perfectamente su posición y les digo:
- No os preocupéis; sé que todo lo que habéis hecho lo habéis hecho mandados por vuestros respectivos Dueños y sin ningún tipo de resentimiento hacia mí.
Las sonrisas se tornan más francas, claras y firmes al oírme y una sensación inmensa de alivio y fraternidad nos invade a los cinco.
- No veas la cara de sorpresa que ha puesto mi Sra. con lo rápido que has conseguido que acabe; estoy seguro que no se lo esperaba de ninguna manera. – Me dice irónico. – espero que esto palie Mi fallo en aguantarme antes.
- Si te soy sincera yo tampoco espera lograrlo con esa rapidez – le contesto - y más teniendo en cuenta que no lo había hecho nunca.
- Pues la verdad es que lo haces muy bien – me responde simpatic mientras contiene su risa – a mi también me has hecho disfrutar mucho.
Las carcajadas de felicidad y compañerismo que resuenan hacen que me sienta impelida a levantarme y a abrazarla. Poco a poco paso a paso los cuatro esclavos felices se reúnen en un abrazo a mi alrededor. Yo, uno a uno y con dedicación, respondo a sus caricias y a sus besos contribuyendo de esta manera a reforzaar el vínculo recién nacido entre nosotros.
- Tened cuidado – recrimina lucy a los otros tres – que tenemos que devolverla al Sr. Txiria en perfectas condiciones que si no se va a enfadar y no sé que temo más si un castigo impuesto por mi Amo al portarme mal en su presencia privada o uno por hacerlo delante de otros Dueños.
- Sinceramente, después de lo visto en el día de hoy, os aseguro que yo prefiero el peor de los castigos que me ha impuesto el Sr. Demondar – responde simpatic con una media sonrisa en su rostro.
- Hablando de todo un poco, ¿dónde se ha quedado mi Señor Txiria? Porque ha sido Él el que me ha traido en brazos, ¿verdad? – a mi pregunta le acompaña la calidez propia de saberse acompañada por amigos y no por rivales.
- Sí, no solo te ha traído sino que me ha impedido que yo te tocara siquiera – me responde irónico como con pesar de la situación planteada – nos ha dejado la instrucción de que te ayudemos a recuperarte y te pongamos en las mejores condiciones posibles antes de conducirte ante Él para que Se pueda despedir y te pueda llevar a casa.
- Por cierto que mi Señor Demandar ha quedado un poco defraudado de no poder ser atendido por ti pero supongo que el tiempo transcurrido es lo que habían pactado entre Ellos – comenta gracejo con una sonrisa. – como es lógico, a mi no me han dado ninguna explicación.
- Bueno si mi Amo así lo deseara, te aseguro que sería un placer atenderlo – respondo entre risas
- Pues te aseguro que para mi también sería un placer servir a tu Dueño – me contesta sonriente – ha sido increíble como con una presión adecuada en mis pezones me he sentido sometida y entregada a Él.
No me sorprende tanto el comentario de gracejo cómo el coro de voces que se unen a ella por parte del resto de mis hermanos. Casi al unísono y con una sola voz, se les oye decir un “a mi tampoco me importaría nada servirlo” o “no me importaría nada ser usada por Él” que inconscientemente me llena de satisfacción y orgullo pues a pesar de que mi Amo a penas se ha manifestado en el día de hoy con sus pequeñas apariciones ya ha sido apreciado y comprendido como lo que es, un Gran Amo.
La sensación de bienestar y recuperación que recorre mi cuerpo con el tratamiento que me proporcionan mis hermanos es cada vez mayor y más intensa, al punto que prácticamente me encuentro ya recuperada de mi flaqueza y les digo a mis hermanos queridos:
- Queridos amigos, la verdad es que me encuentro muy cómoda en vuestra compañía pero, sin desdeñarla en absoluto, prefiero con mucho la de mi Amo. Así que si no tenéis nada más que hacerme yo creo que estoy ya en condiciones.
- Espera un momentito, meriem; antes de dejarte ir te voy a hacer una de mis especialidades que es el estiramiento de huesos y articulaciones. – me dice sorpresivamente gracejo – Al principio, sentirás un poco de dolor pero en seguida notarás una laxitud importante y una recuperación física aún mayor.
Dicho y hecho, mientras ordena a el resto de nuestros compañeros que sujeten de diversas partes de mi cuerpo (los tobillos, las rodillas, la cintura, etc.) ella empieza estirando las articulaciones de mi cuello, recorre mi columna haciendo que se acople mejor a las posiciones adecuadas, luego toma mis muñecas y, despacio pero con firmeza, estira las articulaciones de mis extremidades superiores para, a continuación hacer lo mismo con las inferiores…
Lo cierto es que me dejo hacer con tranquilidad y eso que este tipo de manipulaciones solo me las dejo hacer por profesionales (no se que gracejo lo es), pero confío en ella con la tranquilidad que te da una persona de las que te pones en sus manos con los ojos cerrados.
Tiene razón, la sensación inicial es de dolor, incluso desagradable pero rápidamente da paso a una inmensa sensación de bienestar y de tener las fuerzas suficientes como para poder afrontar cualquier cosa que venga. Ella acaba su estiramiento y me da una ligera nalgada esbozando una sonrisa.
- Ya estás lista, cariño – me dice con una sonrisa nada contenida – que no deseo que tu Dueño me castigue y me haga sentir Su mano poderosa, jajaja
- ¿Estás segura de eso? jajaja – respondo yo riéndome con ella – porque yo creo que no es así, jajaja. Por cierto que tienes razón casi casi me encuentro con fuerzas para volver a iniciar la sesión de hoy, jajaja
- Psssssssss, calla locuela que si te escuchan son capaces de mandárnoslo hacer – me interrumpe irónico poniéndome la mano en la boca – y yo, por lo menos, no me siento con fuerzas para hacerlo y no creo que gracejo pueda ponernos a todos en tan buena forma como te ha puesto a ti
Las carcajadas que resuenan en el cuarto son perfectamente audibles y resuenan con la tranquilidad de saber que te encuentras entre amigos.
La primera en recuperar la compostura es, como siempre, simpatic; es admirable su saber estar y su cordura. Sin perder la sonrisa nos dice:
- Bueno si estás ya lista, creo que es el momento de que volvamos con nuestros Señores, ¿no creéis? Además nos han debido oír y no estaría bien que se impacientaran.
- Por supuesto que tienes razón como siempre simpatic – responde irónico – pero antes de ponernos en marcha permíteme que calce a nuestra invitada.
- Te aseguro que no he conocido a nadie tan fetichista de los pies femeninos como tu- irrumpe en la conversación lucy meneando la cabeza – bueno, de acuerdo, tu cálzala y, entre nosotras tres la adornaremos para que esté realmente presentable como la perrita linda que es.
Sin más dilación me hacen pasar a un sillón donde, mientras irónico me calza aunque tardando más tiempo del necesario, me colocan mi collar de perra, una correa, las muñequeras y tobilleras y las pezoneras. Así mismo con rapidez y eficacia, me maquillan y me pintan labios y ojos de una forma sensual y sugerente pero no excesiva.
Una vez realizado esto me hacen colocar a cuatro patas y simpatic toma la correa en la mano. Se forma el cortejo ocupando yo el centro del rombo que conforman simpatic en vértice superior, irónico en el inferior y gracejo y lucy en los laterales.
Abren la puerta y empezamos a andar con el paso cadencioso que hemos utilizado durante todo el día entrando en la sala principal. Paso a paso llegamos delante de los Señores y, allí mismo y sin decir palabra, mis cuatro compañeros se arrodillan y colocan sus cabezas casi tocando el suelo delante de mi Señor.
Yo permanezco a cuatro patas expectante mientras que simpatic ofrece la correa a mi Dueño.
Él la toma de la correa con su mano izquierda recordándome una vez más que mi sitio es ese, el de su corazón; y, lentamente, me lleva hasta delante de donde se encuentran el resto de los Señores.
Sin palabras entiendo lo que pide de mí. Me arrodillo en la posición de agradecimiento con mi cabeza ligeramente inclinada y Uno por Uno me la acarician y agradecen mi entrega a ellos.
El primero es el Sr. Credilón que me dice:
- Muchas gracias por tu entrega, meriem; a pesar de haber tenido que castigarte ha sido un placer ver como te has sobrepuesto a todas las pruebas y has sido capaz de entenderlas y entregar tu ser para volver a estar completa.
- meriem, ha sido un placer ayudar a tu Dueño a reconvertir tu actitud y a que Él pueda volverte aceptarte a Sus pies – me indica la Sra. Symphonie con una sonrisa.
- Siempre es agradable ayudar a que una ovejita desobediente vuelva al redil y conseguirlo de ti ha sido una prueba difícil y, al mismo tiempo, muy interesante. – indica el Sr. Demondar – Te felicito, Txiria, Amigo Mio por la esclava que tienes el goce de poseer.
Oír semejante comentario de labios del Sr. Demondar es algo que aprecio en toda su extensión, pues la felicitación dada a mi Dueño es, de rebote, una inmensa felicitación para mi.
- Gracias por tu comentario Demondar, siempre es un placer que persona tan experimentada y capaz reconozca las virtudes de las propiedades de Uno. –responde mi Señor Txiria – Sin embargo se ha hecho tarde y deseo retirarme a Mi casa con la conformidad de tu voluntad.
Al hilo de estas palabras escucho un rápido movimiento detrás de mí. Son los pasos de simpatic, gracejo y el resto de las sumisas del Sr. Demondar que parten en busca de mis ropas
- La tienes buen Amigo – contesta Demondar mientras se despide de mi Dueño con un abrazo – y espero que esta vez no tardemos tanto en volvernos a ver.
Mientras mi Amo se abraza y se despide cordialemnte del Sr. Credilón y de la Sra. Symphonie; yo con la ayuda de mis hermanos (simpatic, gracejo, irónico y lucy) me visto con toda la rapidez que me es posible con el fin de estar dispuesta para cuando Él acabe.
Al volverse mi Señor me halla vestida completamente pero de rodillas y con la cabeza humillada ante Él, esperando Sus instrucciones.
- Vamos Mi linda perrita, pero te prometo que otro día volveremos aquí para estar con estas personas que tanto nos han agradado. – me dice mientras toma las llaves Él para llevarnos de vuelta a Su casa, mi hogar a Sus pies.