martes, 11 de mayo de 2010

La Ceremonia de LA ESCLAVITUD vista por la esclava

Quiero estar tranquila; nunca pensé que llegaría hasta aquí; la situación que se me presenta siempre había sido una fantasía hasta que a mi Amo, al Sr. Txiria, Le ha dado por convertirla en realidad.
Me dirijo a la habitación que utilizaré de vestidor después de que nos hayamos preocupado de que todo lo necesario para el desarrollo de la Ceremonia estuviera preparado y en su lugar para usarlo en el momento adecuado.
Entro en una habitación grande, doble; una de las dos que componen el piso en el que se va a llevar a cabo la Ceremonia. La miro y voy de un lado a otro por un momento intentando centrarme en lo que me toca hacer. Suspiro y me digo “maría, venga que hay que ponerse en marcha ya”.
De la maleta correspondiente extraigo las diversas túnicas recamadas en oro que llevarán mis compañeras en la sumisión como traje en la ceremonia.
Cojo la blanca y la llevo al salón dejándola al lado del sillón donde se sentará mi Señor a esperarme. No lo veo, supongo que estará vistiéndose en la otra habitación. No me ha dicho como se va a vestir a pesar de que Él si sabe como iré Yo. “Quiere sorprenderme” pienso mientras una sonrisa ilumina mi cara.
Vuelvo a mi punto de partida y empiezo a extender las cosas que vestiré encima de la cama cuando suena el timbre de la puerta.
Voy a abrir y me encuentro con el Caballero LORDVAGO y Su niña. Sonrío (me alegra que hayan podido venir pues sé el esfuerzo que les representa y son dos de nuestros mejores amigos) y les abro la puerta mientras les saludo y les doy dos besos a cada uno.
Hola, maría, preciosa.- me dice el Sr con una sonrisa.- dinos donde vamos a cambiarnos, por favor.
Caballero, Ud. pase a la habitación que está al otro lado del salón; mi Señor ya se encuentra allí, vistiéndose. Tu niña sígueme que te doy tu ropa para que te vistas.- Le contesto satisfecha.- Por cierto, ¿Le importaría que Su niña se ocupara de abrir la puerta a partir de que esté vestida???
Por supuesto que no, maría. Mi niña estará encantada de hacerlo porque además será la primera en estar preparada… o casi.- dice mientras ríe con una alegre carcajada. Lo dice porque sabe que a Su niña la gusta ir muy bien maquillada y que no acabará tan pronto.
Según entramos en la habitación enseño a suzzy la túnica morada que llevará como vestimenta.
Que preciosidad.- me dice con una sonrisa en su cara preciosa.- no te preocupes, mary (ella siempre me llama así) que, en seguida estoy preparada; solo echarme el pelo para atrás y ya está que me he maquillado del todo antes de subir.
Nos vestimos charlando alegremente y se peina rápidamente; mientras tanto yo me voy arreglando y comprobando que todo está correctamente. Me he duchado antes y todo mi cuerpo, especialmente mi coño, está completamente depilado tal y como gusta a mi Amo; pinto mis uñas, tanto las de las manos como las de los pies, cuando me dice:
Bueno mary, me voy al salón a esperar que lleguen los demás.- la poca charla que hemos tenido demuestra mi concentración, la emoción con la que vivo el momento en el que, sin sentir nerviosismo, sí que sé que mi vida va a dar un paso adelante importante en el que no quiero fallar; deseo que todo sea perfecto.
Justo sale y suena el timbre de la puerta. Les oigo entrar y charlar un momento; creo que no se conocen pero, para mi alivio, escucho la voz de mi Dueño haciendo las presentaciones. Parece que sean el caballero AMOBILBO y su niña better de AMOBILBO.
Efectivamente, esta última entra casi seguido en el cuarto vestida de calle.
Con una sonrisa cómplice en su cara extiende sus brazos y me da un fuerte abrazo.
¿Qué tal estás, preciosa? ¿Va todo bien?.- me pregunta en rápida sucesión.
Sí, claro todo está bien.- la contesto.- mira tu túnica es esta la negra; si quieres vete poniéndotela y así cuando llegue nalai ya estarás vestida que veo que ya vienes preparada por lo demás.
Bueno, sí.- me responde.- solo me resta retocarme el pintalabios porque para lo demás ya vengo preparada; ¿tu vas a necesitar ayuda???
No, no lo creo.- la digo mientras me lo pienso mejor.- o quizá sí; luego cuando vaya a acabar de vestirme si puedes entrar… será un placer que me ayudes a ceñirme el velo y a ponerme la falda.
Pues… perfecto, así lo haré.- asiente mientras acaba de retocarse el pintalabios ya una vez vestida.- ¿me ves guapa??
Estás preciosa.- digo mientras una sonrisa ilumina mi cara.
Según acaba de decir eso, vuelve a sonar el timbre de la puerta “ya es hora” pienso para mi misma. Por un lado este llegar con cuentagotas me hace añorar a las personas que no han podido venir; por otro… no acaba de dejar que me centre en lo que estoy haciendo.
Entra nalai y se desarrolla una conversación similar a la anterior mientras se pone la túnica azul.
Sale de la habitación y yo miro el reloj que he dejado encima de la mesilla. Rápidamente me quito los anillos, pendientes, colgante y pulsera que llevo mientras me digo el poco tiempo que me queda y aún tengo que maquillarme.
Sin apresurarme pero lo más rápidamente posible, me pinto los pezones, luego maquillo mi cara, pinto mis ojos y acabo pintándome los labios. Me miro al espejo de cuerpo entero que hay en la habitación y me digo “perfecta, estoy segura que a mi Señor Le va a encantar”.
Me vuelvo hacia la cama y tomo el tanga que voy a llevar puesto; luego empiezo a enfundarme en la falda y, a continuación, me siento para calzarme las sandalias. Las miro con una sonrisa; son unas sandalias muy bonitas (a mi Amo Le encantan) de alto tacón y plataforma de tiras negras que se entrecruzan formando como el enrejado oblicuo de una jaula.
Me las calzo empezando a tener problemas para acertar con el agujerito de la hebilla, cuando entra better después de tocar suavemente en la puerta.
No me dice nada pero, con una sonrisa de comprensión, se agacha y me las abrocha.
Bueno, ¿qué?? ¿ahora que es lo que te tienes que poner???
Ayúdame a colocarme el chal bajando desde el cuello, que me tape las tetas y me lo atas a la espalda..-Dicho y hecho; en un plis-plas estoy vestida.- Y ahora el viene el pañuelo con las moneditas para ceñirme la cintura.
Estás guapísima.- me dice better con una sonrisa.- ¿Cuáles son las bandejas que tenemos que llevar??
Son esas dos de ahí.- la contesto señalando dos bandejas blancas decoradas con motivos de plata.- tu lleva la que tiene la cuerda blanca; yo llevaré la que tiene la rosa.
¿Dónde las tenemos que dejar??
Tenemos que dejar las cosas en la mesita auxiliar que está al lado del sillón en el que estará sentado mi Señor.
Muy bien, pues ya está todo preparado.
Suena un ligero toque en la puerta y entra el caballero AMOBILBO
¿Qué??? ¿ya estáis preparadas???.- nos dice ligeramente nervioso.- tu Señor está que se sube por las paredes, maría, cielo
¿Tan nervioso está?? .- digo con incredulidad pues suele ser una persona tranquila
Sí, aunque trata de disimularlo, lo está.- tercia better
Y tu, ¿cómo te encuentras??? .- me pregunta AMOBILBO
Estoy bien.- respondo.- responsabilizada y preocupada de que todo salga bien, pero preparada para este paso tan importante.
Bueno, pues no te preocupes, que el ambiente es muy bueno y estoy seguro que todo va a salir bien.
En ese momento, oímos la campana que suena en la sala y, rápidamente, AMOBILBO nos coloca en el orden correcto; Él al frente, detrás better con su bandeja y yo la última con la mía.
Abre la puerta y salimos con rapidez pero de forma controlada.
Lo primero que impacta en mi retina es la tenue iluminación del salón; me percato de que está iluminado por una docena de velas.
Doy mis pasos con cuidado pues las sandalia son altas y lo que menos deseo es tener un tropezón en este momento.
Casi sin darme cuenta, como en una nube, llegamos delante de mi Señor; del Dueño de mi alma y de mi vida entera. Va vestido enteramente de negro, con el chaleco y el pantalón de cuero que estrena para esta ocasión; por supuesto, lleva la pulseara de plata y Su sello luce en Su mano derecha. Para mi representa la elegancia que debe presidir en un Señor, en un Amo.
Me dirijo rauda a colocar la bandeja y, casi, me tropiezo con better que va a hacer lo mismo. Nos sonreímos y colocamos las bandejas; yo, la primera, ella espera a que termine de hacerlo.
Al acabar de colocar la bandeja, AMOBILBO me toma de la mano y me hace arrodillar en el extremo del cojín blanco situado frente a mi Dueño. Quisiera levantar mi mirada y sonreírle de forma abierta pero, la solemnidad del momento, hace que agache mi cabeza y lo mire solo de abajo arriba con media sonrisa en mi boca.
La voz de AMOBILBO interrumpe el silencio que imperaba en la escena. Lo cierto es que no escucho demasiado de lo que dice pero oigo que habla de mi capacidad de entrega y de mis otras virtudes. Sin poderlo evitar siento un gran orgullo y una gran decisión de entregar esa capacidad de servicio a mi Dueño para siempre jamás.
Inesperadamente un silencio sepulcral se apodera de la escena; me inquieto ligeramente pero, antes de que esa inquietud pueda crecer, oigo la voz de mi adorado Amo.
Se dirige a mi; pregunta por mis votos por la libertad de mi decisión, por mi decisión de servirlo indefinidamente, por…
yo levanto mi mirada y contesto con voz firme, entregada y decidida; asiento a Sus preguntas con la mayor firmeza de la que soy capaz aunque mi voz se empieza a quebrar y solo estamos empezando con la Ceremonia.
Menos de medio segundo de silencio y habla mi Señor, mirándome con teatral severidad:
¿Qué ofrendas ha traído ante nuestra presencia como expresión del servicio que desea ofrecer?
Traigo mi cuerpo, mi moral y mi mente que ofrezco a mi AMO – respondo desnudando mi pecho del chal que lo cubre con el auxilio de better de AMOBILBO. Una vez mi pecho con sus pezones pintados se eleva expreso como traigo mis votos, la inocencia de mis intenciones, mi deseo de atarme a Él, mis elementos que demuestran como Él se sobrepone a mí, los que representan su guía, etc.
Mientras desgrano estas expresiones y agacho mi cabeza para leer los votos, mi voz se trompica en varias ocasiones, pero sigo adelante; mi decisión de entregarme y ser Suya es mucho más importante que el nerviosismo que me embarga.
Termino, levanto la cabeza y siento como la mano de mi Dueño acaricia mi cara para darme ánimos; esta cara que ya no me pertenece que es Suya; Suya para siempre. Él me mira y me dice:
Repita después de Mí. - empiezo hablando.- Soy su Amo, Dueño y Señor.
Desgrana de uno en uno todas las afirmaciones que confirman mi nuevo status; esas que hacen que delante de todos estos amigos demuestran que soy Suya y solo Suya. Qué será Él el que decidirá loque va a ser de mi de ahora en adelante.
Acaba y me hace levantar con tranquilidad; me mira a los ojos; sonríe y, sin mediar palabra, toma el pañuelo que ciñe mi cintura y me lo arrebata. Esta parte de la ceremonia no la conocía y me sorprende; es evidente que, cosa extraña en Él, me va a desnudar delante de todos los presentes.
Acaba; me deja vestida únicamente con el tanga y las sandalias y se dirige hacia la mesita auxiliar; entreveo que el caballero AMOBILBO también se acerca. Toman una pulsera y ciñen mi muñeca izquierda con ella. mi Amo dice:
Con esta pulsera grabada que nunca se uitará mientras Me pertenezca, renuncia a su nombre a favor del de “maría de Txiria”; no será conocida de otra forma.
No puedo evitar echarla un rápido vistazo, es plana de plata y lleva grabados el triskel del BDSM, mi nuevo nombre para siempre (maría de Txiria) y Su símbolo. Mi alma se eleva, esa soy yo: maría de Txiria para siempre; es lo que deseo, lo que anhelo y estoy logrando; lo que mantendré con mi entrega y con mi dedicación.
Lo cierto es que mi dueño no me deja regocijarme mucho en este hecho, casi sin dejar que respire me hace arrodillar, extender los brazos al frente y colocar el culo en pompa. Noto como dice que me marca con Su sello y algo que presiona en mi nalga derecha y como me rocía con un perfume floral muy agradable.
Me hace sentarme sobre mis talones; toma mi brazo derecho y coloca un brazalete en forma de serpiente (muchas veces la han comparado con ella por la propensión que tiene a evitar las situaciones complicadas); se inclina y coloca dos pendientes en forma de rayo que indican la capacidad de reacción rápida que posee; coloca en mis dedos dos anillos uno en forma sinuosa que Lo representa y otro de anillos superpuestos que define la preeminencia que, sobre mí, Le es ofrecida por mi misma en este acto.
Toma el collar de cuero negro triangular que, con las letras “T X I R I A” en plata y cristalitos brillantes, he decorado y lo coloca en mi cuello que lo recibe con una infinita alegría.
Toma unas muñequeras y unas tobilleras de charol que posee y las coloca en mis muñecas y tobillos para simbolizar aún más mi esclavitud a Él.
Vivo toda esta escena como en un sueño como si fuera algo que no me sucede a mi sino a otra persona pero con la emoción de saber que me está sucediendo a mi; con la incredulidad de haber llegado hasta aquí pero con la decisión de mantener y mejorar mi servicio y mi entrega.
Sin tiempo para respirar mi Dueño toma mi pelo por el cogote y, con un fuerte doloroso e inesperado tirón, hace que tome la posición anterior de nalga en pompa y brazos extendidos al frente.
Serás levemente azotada para tu placer y el Mío.- oigo que dice mi Señor y, sin casi esperarlo, recibo una leve y excitante azotaina que hace que todo mi cuerpo vibre.
O serás severamente castigada.- escucho repentinamente; antes que mi cerebro haya procesado esas palabras llega el primer azote inesperado y fuerte. Así recibo 12 de los mismos que siento que se han tenido que marcar en mi piel como lo han hecho en mi alma.
Así como con los primeros mi cuerpo ha reaccionado favorablemente, con los segundos ha reaccionado sintiendo que esos no deben volver a llegar a mí. Sé que será inevitable; fallaré es inevitable, pero… no los deseo, no solo no me llenan sino que sé que a Él también Le hace daño en Su alma tener que castigarme.
Mientras estoy dejando que se apoderen de mí estos sentimientos, noto como mi cuerpo es cubierto por algo suave, algo tremendamente delicado; un pétalo cae delante de mis ojos; mi inocencia, la que pudiera quedar, está en Sus manos, puede hacer con ella lo que desee esparcirla, cubrirme con ella o…lo que decida.
Su mano toca mi barbilla y levanto la cara; Lo miro, sonrío y aguanto las ganas de tocarme el culo aún dolorido.
Una de Sus manos toca mis brazos para mantenerlos a los lados de mi cuerpo mientras con la otra empuja mi cabeza para ponerme en posición de adoración, postrada ante Sus pies; mientras me dice de forma autoritaria y firme:
Ahora póstrese ante Mí
me arqueo hasta que mi frente toca el suelo ante Él, mi Vida, mi Dueño, mi Señor; pone Su pie sobre mi cabeza, pisándola pero sin hacer fuerza; Él me explicó que ese era el rito medieval en el que los Señores tomaban posesión de los esclavos que los iban a servir de por vida. Oigo como proclama y mi alma vuela:
Soy tu Amo, Dueño y Señor. Y no serás de ningún otro mientras Yo te posea.- toma aire y continúa.- He hecho que despiertes de tu sueño y te he traído al reino de Mi voluntad. Es por ello que voy a darte nueva vida y nueva presencia.
Con está túnica blanca te visto simbolizando el nuevo empiece en esta vida en la que no te perteneces.- recoge la que dejé en la mesa; hace que me levante de mi posición hasta la posición de torre, arrodillada pero con el cuerpo erguido; me viste con la misma.
No puedo hablar, estoy volando, solo que la ilusión que siento, el placer que me traspasa y el castigo recibido en mi culo son diferenciales respecto de cualquier ceremonia que se pueda hacer en el mundo convencional.
Nunca pensé que llegaría este nivel; Él es mi Dueño, puede hacer lo que desee conmigo pues soy Su esclava. Lo confirmo, nací para servirle, para hacerle feliz pues esa es mi propia felicidad.
El Sr. Txiria, mi Amo confirmado, me toma a mí, Su esclava, ya maría de Txiria para siempre, de las manos y me levanta del suelo. Pone Su mano en mi mandíbula y, con una caricia y un beso, hace que mire Sus ojos hasta que mi mirada entregada y feliz baja ante la Suya intensa y posesiva, finalizando de esta forma la Ceremonia.
A partir de aquí, la tensión presente en el salón se disipa y todos los presentes se dirigen a felicitarnos a ambos con alegría y emoción ya no contenida, mientras ya puedo frotarme el culete de los azotes que he recibido.

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