domingo, 8 de marzo de 2009

Ultima estación por Moravecman

Recorre las calles, mirando cada palmo de terreno concienzudamente, intentando divisar a alguien, sin el menor optimismo, pues ya lleva demasiadas desilusiones a la espalda, no quiere ni puede cargarse mas de esperanza, ha perdido toda llama hace mucho tiempo
Las aceras siguen tal y como quedaron después del “incidente”. Tiene que sortear los diferentes vehículos que pueblan la carretera por la que deambula, sola, tan sola como lleva desde el ultimo año, sin sonidos familiares con los que distraerse mas allá de las viejas canciones que escucha a través del ipod. Duran Duran la acompaña ahora.... tras haber escuchado durante toda la mañana a Sting, Gary Moore y Phill Collins. Diferentes sonidos y los mismos sentimientos de perdida, de abandono, de soledad...
Se quita los auriculares pues sopla viento, y quiere oírlo, sentirlo sobre su piel desnuda ya no es suficiente, necesita sentir ese sonido y recordar....
Recuerda la caricia en su rostro, la cuerda sobre su cuerpo, la ternura de un roce de fusta esgrimida por la mano fuerte de su Amo, su voz con el acento italiano, leve pero inconfundible que asoma cuando se pone duro con ella, la cadencia del aire cuando su palma estalla contra su rostro.....ese aire
La hace volver a la realidad, es un aire frió, que hiela sus huesos, que eriza su piel, desprotegida, ya que por vestimenta lleva un tenue camisón de hilo rojo y unas zapatillas planas de bailarina que es otro vestigio de un pasado que ansia recobrar y que sabe que nunca volverá a tener
Se abraza a si misma con las manos, nota casi sin pensarlo lo mucho que ha adelgazado, los huesos en los que se esta convirtiendo, ya que apenas come, tan solo lo necesario, y su cuerpo esta gastando de las energías acumuladas...pero el apetito, como tantas cosas que antes valoraba, ha desaparecido de su vida...ahora solo queda el vació...insondable, salpicado de recuerdos que duelen y que se han convertido en sus compañeros de viaje
Ya no hay luces en el cielo, no hay estrellas que puedan reconfortarla, como antaño, cuando en su compañía, pasaba las noches al raso, atada a un árbol... sintiendo la mirada de su Señor desde lejos... desnuda, helada, y, sin embargo feliz, excitada, alborozada por complacerlo... en sus ojos brilla una luz, un recuerdo nuevo, doloroso pero lleno de vida estira las comisuras de sus labios
El esta golpeando contra la palma de su mano una gruesa vara de fresno... y ella, hipnotizada, con hilillos escapando de entre sus piernas prietas, solo puede fijarse en esa mano, velluda, de dedos fuertes, esa mano que a aprendido a amar, que ha besado tantas y tantas noches, de rodillas, que le a acariciado el rostro, para seguidamente golpearla con dureza, que la ha provocado moratones en los ojos, ojos que después fueron besados y amados con su ternura de hombre viril...
Sus pies, que vagan al son de ese recuerdo, tropiezan y la llevan contra el duro suelo, y su rostro, al golpearse contra el firme, y sangrar por la boca herida y por la frente, no cambia ni muda de expresión... ha soportado dolores peores... con una sonrisa de orgullo en la cara.
Se levanta del suelo, y se apoya en un semáforo que ya no luce, su reflejo en el cristal de una tienda de ropa para jóvenes, permite observar una figura de mujer joven, de pelo largo y negro como ala de cuervo... delgada, casi famélica con las piernas desnudas casi hasta el muslo y con evidentes señales de estar pasándolo mal...
Procura pisar y mirar mejor, ya que aunque ha pasado casi un año, y el viento frió sopla fuerte, aun quedan restos semiorganicos diseminados por el suelo de las ciudades que visita... desde que salió de su Valladolid natal
En su mayoría, son ya solo restos de algo que un día respiro, que tuvo padre y madre, que quizás se caso y envejeció al lado de un ser querido... hasta que aquel fatídico día, sin previo aviso... la muerte los reclamo... a todos.
Ya no hay vida en este planeta... no queda energía en ningún sitio que ha visitado desde que sus pies empezaron a andar en este año que lleva recorriendo lugares, pueblos, casas solariegas, provincias... ya no hay animales vivos, ni siquiera insectos, la flora y la hierba es una sombra de lo que un día fue... solo hay soledad, edificios que se alzan abandonados, ventanas que se asemejan ojos llenos de miedo y dolor..... coches mudos, sin baterías que los hagan funcionar... televisores ciegos, radios desprovistas de sonido... solo pilas y que se gastan muy rápido, alimentan la carga del ipod de color verde, un regalo que Él la hizo después de una sesión muy dura, pero también llena de ese amor que la hizo volver a la vida cuando llevaba años muerta por dentro. Colgada del brazo, lleva una pesada mochila, repleta de recuerdos hechos objetos, cada uno especial y lleno de significado para ella.
Ahora, aun cuando esta muy lejos todavía, ya casi ha recorrido la mitad del camino que la lleva a Roma, lugar desde el cual Él la llamo tres días antes del suceso que destruyo a toda la población del planeta... menos a ella.... algo que cada día, durante todo este tiempo ha ido desgastando la tenue cordura de su intelecto, ha desgajado sus emociones, y la ha fijado a un único objetivo... llegar a encontrarlo.... y ofrecerse de nuevo a su Señor.
Se ve a sí misma como una niña, abriendo la mochila, con su Dueño delante de ella, gloriosamente vivo, protegido y salvado para ella por un Dios benevolente que no puede dejar que ella camine sola un día mas
Se ve sacando sus juguetes, y ofreciéndole su carne para que la mortifique con ellos, deseando con locura que sus fustas, que sus látigos, que su gato de colas afiladas la golpee de nuevo en la espalda, en la cara interior de sus muslos, en su clítoris, inundándola de ese dolor y ese placer tan añorado y que no es capaz de producirse ella misma...
Se sorprende a si misma con los dedos jugueteando en su coño, mientras gemidos de placer muy quedos salen de su garganta, formando su nombre, diciendo su credo... llamándolo su Dios...
Esta acostada en la cama de una sencilla habitación que en su día debió pertenecer a una pareja de extracción humilde, dado que carece de lujos innecesarios, y que debió morir lejos de allí, ya que no ha encontrado restos dentro de la vivienda...
Lleva los restos de su orgasmo a su boca, y los paladea, intentando fingir que son Sus dedos y no esos patéticos palillos los que intentan llegar hasta su campanilla... como tantas veces durante este año, desiste de su intento y llora, bañando la almohada de lagrimas que cubren sin descanso su superficie, mientras su cordura se desvanece mas y mas...
Por fin, duerme, exhausta, cansada hasta lo indecible, sin haber probado bocado alguno, sedienta y sin desear beber... flaca y envejecida aun cuando solo tiene 26 años de edad... y ya aparenta casi el doble...Y sueña, con su DOM, con el hombre que la amo, de una manera que pocos comprenderían, que supo llegar a ella, y la saco de la mediocridad de una vida de sinsabores y la ofreció un lugar a sus pies, que la castigo y la uso como nunca otro hombre había osado hacerlo, con su pleno consentimiento... y con su cómplice felicidad, y mientras sueña, rejuvenece casi mágicamente y la esperanza depositada dentro de una basta mochila del ejercito de salvación es suficiente para que al día siguiente su camino, lleno de soledad y de viento frió la dirija a encontrarse con su destino... pero eso...es otro cuento para ser contado otro día...

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